martes, 10 de mayo de 2011

"¿Costal u hombros? ¡He aquí el dilema!"

(foto: formacioncofrade.org)
"To be, or not to be: that is the question" como diría el ilustre Shakespeare en Hamlet. Como dije en una entrada anterior, he aquí mi balance entre hombros y el costal.

 (foto:cofrades.hoy.es)

Si le preguntamos a un médico qué sería mejor, rápidamente nos corta diciendo: "lo mejor es no salir, ponte un capillo y pa' lante", siempre que preguntes a uno que nunca le haya llamado el mundo costalero. En cambio, si preguntas a gente muy involucrada (de forma directa o indirectamente) con el mundo de las cofradías, opinan con la misma rapidez que los anteriores: " lo mejor es el costal si quieres alargar tu vida como costalero".

Hay un hecho que llama la atención, y es que cuadrilla que cambia a costal, cuadrilla que no vuelve a hombros. Y es más, les dices de sacar un paso a hombros y te contestan con un "no, más hombros no".

Debido a esto, se despertó un interés sobre saber cómo se siente un costalero trabajando a costal. La primera visión que se te viene a la cabeza es la de la trabajadera en la cerviz, y las "levantás" al cielo en esa forma de trabajo. Entonces, uno piensa automáticamente que mejor los hombros, porque un palo mal dado en ese sitio puede dejarte en el sitio, en el mejor de los casos. Y también la imagen del morrillo.

Todas estas cosas me echaban para atrás una idea que retumbaba en mi cabeza cual murmullo de conciencia: probarlo. Y así fue como me decidí lanzarme.
(foto: medinaceliciudadreal.es.tl)
La primera vez que me lo puse, se me venían a la cabeza esos pensamientos negativos a la cabeza, además de las ganas de dormir por el calorcito que da. Cuando llegó la primera vez de meterme debajo de la parihuela, fue mi sorpresa que hasta en una parihuela de palio, te puedes poner medio de pie. Siempre he trabajado a hombros y, cuando el paso está arriao (parado), tenemos que estar de rodillas. Con el costal no, y eso me gustó. Otra cosa que me sorprendió fue que había espacio entre las trabajaderas, lo suficiente para ir holguero, hecho que a hombros no ocurre.

Pero mis sorpresas no dejaron de acabar. Llega el momemto de la levantá (al cielo) y, una vez acabada la maniobra, noto que pesar no pesa tanto. Preguntando a amigos físicos, me razonaron que se debe a que la carga está mejor repartida, por lo que la sensación es de menor esfuerzo, mientras que a hombros, al cargar en dos puntos, convergen las fuerzas resultantes en un único punto: las lumbares, por lo que la sensación es de mayor esfuerzo.

Finalmente, llega el día grande. Ese día, serviría de punto de reflexión para saber si lo vivido en los ensayos era real o no. Una vez acabada la estación de penitencia, me encontraba fresco con respecto a trabajar a hombros. Mis rodillas no sufrían  tanto, debido a que podía quedarme "casi" de pie debajo del paso. Eso sí, con dolor de cuello, que es lo normal de haber cargado allí (y más por vez primera).

Con todo lo dicho, sinceramente si me plantearan la pregunta en plan "Shakesperiano", diría que no hay dilema. En el chat podéis opinar sobre cuál sería la mejor forma de trabajar. ¿Costal u hombros? ¡He aquí  el dilema!

Por ahí, he oído (no lo sé si será verdad, por eso hay que cogerlo por las pinzas) que el año que viene la Encarnación saldrá a costal. Si esto es verdad, he aquí mi enhorabuena por la decisión.

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